
La periodista Gemma Nierga conversa con Laia Ferrer, psicóloga clínica y coordinadora del Equipo Guía del Barcelonés Norte y Maresme Centro de la Fundación Vidal i Barraquer en el programa A fondo para explorar las causas del aumento de los problemas de salud mental en la juventud y cómo podemos, como sociedad, ofrecer un apoyo efectivo.
Actualmente, vemos publicados muchos datos sobre adolescentes, jóvenes y salud mental, pero muchas veces no profundizamos en ellos. Algunos de estos revelan que “la ansiedad, la depresión o el estrés en un 75% de los casos antes de los veinticinco años”. La psicóloga clínica, Laia Ferrer aclara que en su mayoría “los jóvenes padecen de ansiedad y depresión, pero como formas reactivas o situaciones estresantes que viven en su día a día”. El problema viene cuando estas situaciones se cronifican porque no se encuentran maneras de resolver las dificultades emocionales o cuando los jóvenes vienen de vivir situaciones traumáticas o experiencias muy difíciles en su infancia y adolescencia. Todo esto se puede agravar cuando se cronifican y permanecen cuando empiezan su vida adulta.
Solemos pensar en la adolescencia como una época de florecimiento, para probar, hacer actividades, inicios y primeras veces. Pero también es una época donde los jóvenes atraviesan muchas dudas, malestar y en ocasiones expresan ese malestar haciéndose daño a sí mismos.
Afortunadamente, en muchos casos detrás de sufrimiento hay una ayuda de profesionales. Donde nos tenemos que preocupar como sociedad es cuando sí existe el deseo real de desaparecer o morir en estos jóvenes.
La coordinadora del Equipo Guía de la Fundación Vidal i Barraquer explica que los cambios bruscos son una de las grandes señales que nos pueden indicar que hay un problema de salud mental. Por ejemplo, cuando dejan de disfrutar de cosas que les hacían felices, dejan de tener relaciones sociales, etc. Todas estas podrían ser señales de que hay alguna cosa que está pasando, que los jóvenes están padeciendo y que por algún motivo no pueden explicar, posiblemente porque ellos mismos tampoco lo saben entender.
¿Quién es el primero en darse cuenta? Muchas veces los primeros en darse cuenta son los mismos compañeros de clase en el instituto o el entorno de los amigos del mismo joven, ya que a veces la familia es la fuente de los conflictos.
Otra de las problemáticas con las que se encuentran jóvenes con alguna problemática de salud mental es la búsqueda de trabajo. Ya sea porque existe un estigma o porque ellos/as mismos/as no saben como afrontar este proceso. Por esto existen programas como Incorpora de la Fundación “la Caixa” que juegan el papel de sensibilizar a las empresas a la hora de contratar jóvenes con problemas de salud mental.
Finalmente, Laia Ferrer lanza un deseo, y es que la salud mental ha empezado a recibir recursos y tener una importancia y relevancia en la sociedad. Ahora el reto que tenemos según la coordinadora del Equipo Guía es no abandonar el esfuerzo y seguir trabajando para disminuir el estigma.