

La Fundación Vidal i Barraquer ha organizado un diálogo sobre espiritualidad y agnosticismo en el IUSM. Un acto que ha dado la oportunidad de sentar a dos personas que parten de convicciones y cosmovisiones del todo opuestas. Francesc Torralba (doctor en filosofía, teología, pedagogía, arqueología y artes cristianas) ha reclamado que es una tarea que tiene que hacer la universidad, “esto es muy extraño en las universidades y ya no hablo de las redes sociales ni la televisión”. Es una realidad que las personas que participan en los actos a los que estamos acostumbrados tengan pensamientos similares.
Desde un buen inicio Manuel Delgado (catedrático de antropología social en la Universidad de Barcelona. Especializado en violencia religiosa, con especial atención alrededor de los fenómenos de anticlericalismo e iconoclastia en la España contemporánea) ha dejado muy clara cuál es su postura en cuanto a los temas que se han tratado durante el diálogo: “Mi postura al llamado hecho religioso ni siquiera agnóstica. Es de absoluta indiferencia”.
“No veo en qué forma que Dios exista o no me afecte de alguna manera. Deben existir en el Universo una cantidad de dioses en los que nadie crea” – Manuel Delgado
Durante el diálogo, Delgado ha explicado alguno de los temas que trata en sus clases de la universidad. Uno de los problemas que se encuentra curso tras curso es explicar que una misma religión pueda servir para cosas muy distintas en función de “quien invoque sus principios transcendentes”, por ejemplo, el papel político revolucionario que juega el evangelismo pentecostal en muchos países de Latinoamérica.
El principal argumento de Delgado ha sido desde el punto de vista del laicismo, hay una problemática hoy en día que es la amenaza que vive la libertad religiosa. Ha definido religión como la convicción en elementos transcendentes, invisibles e inefables de los que dependemos y la capacidad que se tiene que impartir lecciones morales en nombre de principios éticos universales. El catedrático en antropología ha afirmado que “si esta es la definición de religión que nos creemos, entonces el problema es de competencias en el sentido comercial”.
Después de la intervención de Manuel Delgado llega el turno de Francesc Torralba quien, más que su opinión, ha expuesto como veía y entendía él la espiritualidad y el agnosticismo. Torralba ha hablado de espiritualidad desde la mirada filosófica. Cuando se intenta definir el término vemos que en los diccionarios se recopilan columnas y columnas de excepciones o significados.
La consecuencia final es que si no se aclara terminológicamente no sabemos de qué está hablando el otro cuando dice ‘esta persona es muy espiritual’, podría estar hablando de alguien que va a la montaña a abrazar un árbol, que reza un rosario cada día o que practica meditación en su casa, entre otras cosas. Se usa la palabra espiritual, pero en la práctica son muy distintas.
Torralba ha explicado que el término espiritualidad es muy amplio, pero pasa lo mismo cuando hablamos de agnosticismo. Cuando no sé más y, por lo tanto, me limito a mantener silencio, la duda o no hablar de lo que no sé.
“Yo creo (de la oración credo) significa yo confío en que eso que se ha dicho es verdad” – Francesc Torralba
También ha aclarado que hay distintos tipos de personas agnósticas: agnóstico trágico (sufre por no saber) o el agnóstico que vive de manera autocomplaciente el no saber (no lo sé ni me preocupa no saberlo porque tengo preocupaciones más importantes).
Delgado acabó su intervención con la reflexión de que hoy en día, “lejos de habernos liberado de la religión y la espiritualidad, en el sentido que critiquen algunos, las tenemos más presentes que nunca”.